Algunas intenciones quedaron en evidencia en la sexta etapa del Dakar, tramo previo al día de descanso en Salta.
Sea por situaciones que perjudicaron a sus protagonistas, sea porque estén beneficiados, sea por conveniencia, sea porque todavía creen que hay que esperar, lo cierto es que algunas maniobras quedaron muy evidentes.
Como por ejemplo el ritmo que imprimió desde el comienzo Stephane Peterhansel para recuperar terreno en relación a la punta.
En un recorrido tipo rally, aunque mixto, con terreno abierto de piedra y algunos arenales y luego vegetación, el campeón francés, atacó como para recortar la ventaja que le habían sacado en la fatídica etapa de ayer sus compañeros Roma y Terranova.

Logró ponerse a tiro de Terranova, pero Roma está todavía muy lejos, no obstante mostró sus verdaderas intenciones…”no me importa ser tercero o segundo, solo me interesa ganar”, dijo al llegar.
Es lo que habrá que esperar del campeonísimo del Dakar, asumirá riesgos buscando el liderazgo, aunque bien sabemos que esto es un arma de doble filo y Peterhansel también lo sabe…
Como también lo saben Terranova y De Villiers con quien conforman un trío que puede deparar las mejores emociones de los tramos venideros.
Aunque el trío tiene un objetivo mucho más ambicioso que solo batirse entre ellos: el liderazgo de Roma.

Marc Comá tiene las cosas bastante menos complicadas, más resueltas.
Está en el lugar indicado y en el momento justo: casi a mitad de carrera y con una amplia ventaja sobre un terco y veloz rival, es cierto, pero con mucho menos experiencia.
Hoy, casi sin proponérselo, hasta estiró un poco más la ventaja sobre Barreda, que ya supera los 42 minutos, cifra abismal teniendo en cuenta quien es el administrador de dicha ventaja.

Más allá de los esfuerzos del piloto Honda y de los imponderables que siempre pueden aparecer (y si no, pregúntenle a Chaleco López, que hoy se dio un duro golpe y debió abandonar), podrá aparecer el nombre de algún otro ganador de etapa –como ocurrió con Duclós- y parciales de interés que le darán color a la prueba, pero que nadie piense que Coma pondrá en riesgo lo conseguido por otra búsqueda que no sea un nuevo Dakar en su mochila.
Entre los Quads, la ventaja de Lafuente no garantizaba nada, especialmente con los altibajos que tuvo la especialidad en este Dakar.

Menos de 17 minutos lo separaban de Casale y había más de 400 kilómetros de especial de por medio.
Sin embargo, sería el experimentado Rafal Sonik el que saldría a buscarlo.
Y si bien le ganó el parcial, el dato significativo no fue este, sino que luego de casi cinco horas de carrera, Sonik le rebanó menos de un minuto a Lafuente, demasiado poco, demasiado tarde…
Al menos, al polaco le sirvió para desplazar a Casale del segundo lugar, lo que podría incentivarlo a seguir intentándolo.

Con Husseini a más de tres horas, todo hace suponer que el trío de punta tiene todo servido para hacerse cargo del Dakar 2014, salvo que la carrera tenga preparada alguna otra sorpresa…
Donde no hubo sorpresas fue entre Los Camiones.
Sobre un parcial bastante corto (poco más de 150 kilómetros) no había muchas posibilidades de diferentes alternativas.
A tal punto que los 14 primeros vehículos quedaron encerrados en poco más de 10 minutos, pingüe beneficio para De Rooy que, pese la llegar 7º, solo perdió tres minutos en relación a su escolta en la general (Karginov).

Sin embargo, los 29 minutos que le lleva al Kamaz del ruso, no son ninguna garantía de éxito, a lo sumo, una buena diferencia que deberá administrar muy prolijamente si es que pretende jugar con ella para rumbear hacia el lugar más alto del podio del Dakar.
La victoria en la etapa fue para Peter Versluis con su MAN, sexto ganador diferente en las seis etapas que se llevan disputadas de la prueba. Un detalle no menor que plantea una paridad pocas veces vista entre los gigantes del Dakar.

La de hoy fue una jornada que más allá de cualquier gestión deportiva, será recordada por la trágica desaparición del piloto belga Eric Palante, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en el kilómetro 143 de la etapa anterior (Chilecito-Tucumán) por el camión-escoba encargado de recorrer la ruta levantando a los demorados.
Palante, de 50 años, disputaba su 11º Dakar, siempre en la categoría Motos y, por el momento, se desconocen las causas de su fallecimiento.
Lamentable.