A veces resulta delicado evaluar estética, pureza de líneas y hasta belleza sobre ruedas, cuando estamos hablando de un vehículo eminentemente familiar, donde estos atributos suelen no ser tan tenidos en cuenta.
Sin embargo, Peugeot, marca el rumbo también en este aspecto, a partir de que presenta este 308 SW donde resulta imposible no destacar su relevancia de formas.

Difícil compromiso jaqueado por dos flancos, en principio, porque debe contribuir a la imagen de marca dejando en claro a que modelo referencia, y luego, porque tratándose de un familiar, el espacio es la prioridad absoluta.
Pues bien, Peugeot lo logró, creando una vehículo con el ADN de la gama 308, que creció sensiblemente en relación a la versión cinco puertas de este (32,7 cm, para totalizar 4m58…) y que, como parte de ese crecimiento, propone uno de los baúles más grandes que se hayan visto (610 litros).

Y todo esto logrando una identidad estética que, sin traicionar a la silueta 308, resulta lo suficientemente atractiva como para ponerla en la balanza a la hora de las elecciones.
Un verdadero ejercicio de ensayo entre espacio y estética con estupendo resultado que se verá, en un par de meses, en el Salón de Ginebra 2014.