El prestigio siempre rinde frutos, tal es el caso de Ferrari que, más allá de su ininterrumpida presencia en la F1y hechos muy particulares, ha realizado un gran trabajo de marketing, posicionando a la marca en los más altos niveles de consideración mundial.
Meritorio por demás, considerando que la marca nunca fue líder en materia tecnológica y de gran calidad, tampoco en soluciones de avanzada y menos en propuestas ecológicas.
El fenómeno Ferrari se basa en la atrapante historia de su creador, sus grandes rebeldías (negarse a abandonar el motor delantero en F1, mantener el color patrio en sus autos, la exaltación del motor V12 “contra viento y marea”, el solitario combatiente contra la avanzada británica en la F1, su férrea determinación de no vender ante la oferta de Ford…y mucho más del mismo tenor).

Toda una declaración del espíritu latino emparentado con la belleza del sublime arte-estilo italiano y la emoción, el drama y la legenda de la época más romántica del automovilismo, hoy ya olvidada, la de los gentleman-drivers.
Ferrari logró su prestigio por resistir, siempre resistir…cuando, en ciertos momentos del ámbito automotor mundial, solo mencionar esa palabra ya era sinónimo de hazaña.
La disquisición nos pone en situación para entender mejor el enunciado, solo entendiendo un poco lo que significa Ferrari, se puede aceptar sin reiterado asombro, lo que ocurre, una vez más, con una Ferrari de calle que está a la venta.

Lo que sucede ahora con la 458 Speciale no es algo nuevo.
La lista de espera para los autos de la marca varía entre uno y tres años de acuerdo con el modelo, la complejidad de su elaboración y demanda.
Como ejemplo, valga el de LaFerrari, cuya producción estuvo prácticamente vendida en su totalidad al momento de su presentación.
Por eso, no debería llamar demasiado la atención lo que sucede ahora con la 458 Speciale, aunque hay un detalle que, realmente, magnifica el fenómeno, ya que el modelo es solo una versión del 458 Italia.
Y solo aquí se entiende con todas las letras el fenómeno Ferrari, más allá de algunos especuladores (que siempre los hay…) lo que sorprende es la fidelidad de los clientes de la marca que, sin dudar ante la montaña de euros que supone su precio y las diferentes ofertas, ya agotaron la producción anual de un auto que, con esto, no hace otra cosa más que engrandecer la leyenda.