Presentado en el Salón de Ginebra 2003, en ocasión de cumplirse los primeros 40 años de Lamborghini, el Gallardo supuso un cambio muy importante para la marca de Santa Agata Bolognese, ya que hasta su llegada se vendían unos 250 ejemplares, que prontamente se convirtieron en aproximadamente 2.000 unidades por año.
Un crecimiento multiplicador que llevó a que el último Gallardo que saliera de la línea de montaje de la factoría boloñesa, una versión LP 540-4 Spyder color Rosso Mars, fuera el número 14.022, con el agregado de que, hasta la fecha, casi la mitad de los Lambo fabricados son de dicho modelo.

Tamaño éxito, además de por causas naturales de aceptación, también se debió a la evolución del Gallardo a través no solo de mejoras, sino de series limitadas que resultaron muy exitosas.
Una fórmula que dio muy buenos resultados en el Gallardo que hoy nos deja y que seguramente será aplicada en el Cabrera que viene (ya se está trabajando con un prototipo en Nürburgring), por más que una cierta nostalgia sea la sensación primaria ante la desaparición de un modelo que fue tan emblemático en los primeros 50 años de Lamborghini.