Valkenswaard, al sur de Holanda, por más que aparezca como una localidad de la provincia de North Brabant, tuvo históricamente dos elementos distintivos.
Es uno de los centros europeos más importantes en la historia de la cetrería (se origina en el siglo XVIIº), esto es, la caza a través de aves rapaces adiestradas, (lo prueba que valkse traduce como halcón).
Y la otra característica de la localidad, es que allí, desde hace más de un siglo, se elaboran cigarros de reconocida calidad y prestigio y fue el lugar de origen de dos marcas muy tenidas en cuenta por los entendidos: Willem II y Hofnar.

Pero además de aves de rapiña y tabaco, la zona se ha popularizado en los últimos años por lo que enunciamos en la introducción: “el pre-prólogo del Dakar”.
Una suerte de, puesta en escena, presentación, exhibición, o como quieran llamarlo, de todos los participantes holandeses a la gran carrera; en un escenario más amplio, más abierto que un circuito largo de motocross, donde, generalmente, hay barro, lomos, charcos, arboledas y tribunas, lugares estos últimos, donde se da cita una enfervorizada concurrencia de público.

Una singular manera de palpitar la carrera para los fanáticos holandeses, pero también una forma de promocionar todo lo que tenga que ver con el Dakar, desde la carrera en si, las figuras locales que participan y las empresas que los acompañan.
Este año no fue la excepción, el último fin de semana, otra vez la cita de Valkenswaard, reunió a gran cantidad de público y a la flor y nata del automovilismo holandés de aventura.

El equipo Iveco-de Rooy, vencedor en el Dakar 2012, y los Lancer-Ford HRX del Wevers Team, fueron los principales exponentes en una parada que albergó a motos, quads, UTV, buggies, etc.
Todos dando rienda suelta a su ansiedad, palpitando lo que será su participación en el próximo Dakar.
Y, de paso, una forma de que el clima previo a la gran carrera vaya tomando calor y color…