Este nuevo deportivo le dará a cada una de las compañías involucradas en el joint venture que las reunió hace apenas un año atrás, un vehículo acorde a sus aspiraciones, a la par que posibilitará que Alpine se relance como marca.
Esto no significará que Caterham rebautice como Alpine, ya que partiendo de la misma base, ambas tendrán sus deportivos con diferentes interiores y detalles de carrocerías, como para diferenciarse de manera evidente.
El diseñador en jefe de Renault, Laurent van den Acker, declaró que ambos vehículos “tendrán impresiones totalmente diferentes” y que mostrarán “lo mejor de ambas compañías”.
Algo que un vocero de Caterham confirmó, puntualizando que las diferencias también pasarán por la preparación de los motores, las sensaciones de manejo y también los sistemas de dirección, con la marca inglesa desarrollando una propia puesta a punto para sus vehículos.
Por otra parte, es intención de esta última, lanzar nuevas versiones con distintas potencias, luego de la aparición del primer modelo, previsto para 2016.

La potencia máxima del modelo orillará los 250 CV, aunque algunas fuentes de Caterham aseguraron que la intención de esta es tener un deportivo de 300 CV.
La motorización será de origen Renault, aunque se tratará de un motor que todavía no está en producción (algunas fuentes, aseguraban que utilizaría el motor 1.6 litros turbo de la marca francesa).
Con un peso máximo estimado en los 1.100 kilos, gracias a la carrocería de aluminio, el C120 contaría con una interesante relación peso-potencia estimada en 270 CV x tonelada.
Los Alpine y Caterham serán construidos en la factoría de Dieppe, propiedad 50/50 de la empresa inglesa y de Renault.
A partir de esta realización y con Renault a cargo de Alpine, las ambiciones de van den Acker por un deportivo exclusivo para la marca del rombo podría convertirse en algo factible.