Industria Automotriz
TENDENCIA
SIGNOS ALENTADORES
30/08/2013. Hasta fines de julio pasado, los pedidos recibidos por Maserati casi triplicaron las ventas de la marca en todo 2012. ¿Evidencia de que el Plan Marchionne para el grupo Fiat-Chrysler comienza a ser exitoso?
El Plan Marchionne para el Grupo Fiat-Chrysler contemplaba, entre otras acciones, la recategorización de marcas tradicionales italianas que funcionaban bajo el paraguas de la coalición ítalo-americana.
En la selecta lista, Maserati sería el ariete, y luego se sumaría Alfa Romeo, integrando ambas la escalada, con cuidada fabricación en plantas italianas y objetivo de gama Premium.
Poco tiempo atrás, Maserati comenzó a mostrar los primeros síntomas; se presentó la hermosa Ghibli, cuya comercialización se iniciará a partir de septiembre, y empezaron a esbozarse los primeros trazos del SUV Levante, inspirado en el concept Kubang.
De esta manera, comenzaban a justificarse los 1.200 millones de euros que se pusieron en la reactivación de la legendaria marca italiana.
Inversión que, todo hace suponer, empezó a dar sus frutos: hasta fines de julio, Maserati había recibido 17.000 pedidos a nivel mundial por sus productos. Una cifra que no es gran cosa a nivel de marcas generalistas, pero que es un claro indicativo entre las Premium y, sobremanera, en relación a la propia Maserati que, en todo 2012, vendió 6.290 vehículos, apenas más de una tercera parte del volumen total de pedidos que ya hay para 2013.
En medio de este panorama alentador, no solo para Maserati, sino para la estrategia del grupo, el modelo Quattroporte es el abanderado en ventas, un vehículo que ya tiene su trayectoria y está lejos de ser una novedad que podría haber impulsado las ventas.
Según Harald Wester, CEO de la casa italiana, el mercado número uno para la marca sigue siendo EE.UU, seguido por China donde, precisamente el Quattroporte, es el modelo mejor vendido de Maserati.
Con la Ghibli en plataforma de despegue y el Levante en desarrollo, todo sugiere que la gestión de Maserati podría mejorar bastante más, lo que ampliaría el crédito para que Marchionne, entre otras cosas, apriete el botón para el tantas veces pospuesto relanzamiento de Alfa Romeo.
Sin duda, estos indicios alentadores son simplemente eso y por si solos no salvarán al grupo, sin embargo, la tendencia es gratificante, disminuye presiones y cambia el clima de gestión, lo que en una empresa de origen latino no es poco.