Fue uno de los pocos vehículos que se mantuvo fiel a su estética a pesar del paso del tiempo, apenas algunas actualizaciones obligadas por el gusto popular y las normativas vigentes, matizaron su más de medio siglo de vida.
Quizás esta sea la razón más importante que prolongó su vigencia, aunque no deben olvidarse, su versatilidad y su imagen de vehículo confiable y rendidor.
Por eso, junto con el anuncio del fin de su producción en serie y a modo de homenaje al vehículo más veterano de la marca, VW introdujo la serie limitada de despedida, Kombi “Last Edition”, con características destacadas en las 600 unidades que la componen, como para que, además, sean inolvidables...

Se caracterizan por pintura exterior en dos tonos (azul-celeste y blanco) con detalles retro que, sin duda, aceptarán sus seguidores; por ejemplo, neumáticos con banda blanca -como traían los originales de hace más de 50 años-, los aros de los faros en color carrocería, intermitentes color blanco, vidrios totalizados, etc. En el interior, el tapizado se presenta en dos colores también, cortinas en las ventanillas y detalles con predominancia del logo “56 Años”.
El Kombi “Last Edition” tiene capacidad para nueve pasajeros, placa identificatoria con el número de la unidad, sistema de audio con MP3 y puerto USB, manual del usuario e instrumentación también personalizados, etc.

Mecánicamente, la versión de despedida, sigue equipada con el motor Flex de 1.4 litros capaz de funcionar con nafta sin plomo y etanol sin diferencias. Desarrolla 78/80 CV y funciona acoplado a la también histórica caja M4.
Lo notable del caso es que desde su aparición en 1957, el utilitario Kombi, le brindó grandes satisfacciones a la marca, con buenas ventas que garantizaron su vigencia y que no habían decaído en la actualidad, lo que sugiere que, de no ser por normativas imposibles de cumplir, el legendario modelo podría seguir vigente por varios años más…lo que se dice, una despedida triunfal.