Bentley disfrutó como nunca su presencia en el Festival de la Velocidad de Goodwood.
En principio, como marca británica de pura cepa en un escenario automovilístico británico de pura cepa.
Pero también porque fue una de las pocas marcas que pudo mostrar ante las más de 150.000 personas que asistieron, su pasado, presente y futuro, durante los cuatro días que duró el festival.
Un pasado que estuvo garantizado por el Blower de 1929 que compitió en la trepada a la colina entre los vehículos de preguerra y que reflejó, en forma indeleble, gran parte de la historia de la marca, emparentada hasta fundirse con las 24 Horas de Le Mans a partir de sus triunfos en 1924, 27, 28, 29 y 30.

Que cobró actualidad con la presencia de pilotos de renombre, como Juha Kankkunen, cuatro veces campeón mundial de rally; Derek Bell, cinco veces ganador en Le Mans y Guy Smith, quien integró el trío vencedor, junto a Kristensen y Capello, de la última gran victoria de Bentley con el Speed 8 en Le Mans en 2003.
Profesionales, todos estos, que estuvieron a cargo de los vehículos que destacaron este momento particular que vive la marca en su retorno al automovilismo.

Kakkunen estuvo en la conducción del impresionante Continental GT Speed coupé con motor W12 biturbo de 616 CV (“…el más rápido Bentley de producción jamás construído”), en la trepada que rodea la colina donde está la mansión de Lord March, propietario y organizador de la muestra.
Bell probó el mismo modelo pero la versión V8, de la cual deriva el nuevo GT3 que, desarrollado por un grupo especial de trabajo en el mismo seno de la planta de Crewe, utiliza un motor V8 de 4.0 litros, elaborado por Cosworth, de 600 CV, y tiene entre sus componentes gran cantidad de piezas de carbono que llevaron su peso a menos de 1.300 kilos.

El Continental GT3, que recorrió sus primeros metros en Goodwood, recién competirá el año próximo, alternando pruebas de larga duración (24 horas de Nurburgring y Spa, por ejemplo) con las del trofeo Blancpain/FIA.
El bautismo del GT3 en Goodwood tuvo la connotación propia de todo estreno británico de alto nivel, la elección del lugar, el marco, los anfitriones…
Aunque el punto culminante, llegó cuando el Speed 8 de Le Mans fue hacia la línea de largada con Guy Smith, para encarar la trepada de 1.8 kilómetros y ponerle entidad a una atmósfera inigualable de automovilismo británico por partida doble: recordando los 10 años de su victoria en Le Mans y dándole la bienvenida al GT3, un nuevo Bentley que sale a pista…