Deporte
24 HORAS DE LE MANS
ARDE LA VILLA…!!!
18/06/2013. Mañana comienza la actividad en pista para la edición ?90 Años? de las 24 Horas de Le Mans que se correrán el próximo fin de semana. Los antecedentes tienen a la ciudad homónima en vilo y con un inusitado nivel de expectativa?
La ciudad de Le Mans, muy cercana al circuito de La Sarthe y quien le da nombre a la carrera más famosa del mundo, vive por estas horas momentos de gran expectativa y ansiedad.
No es para menos, en pocas horas más, se pondrá en marcha una de las ediciones más importantes de las legendarias 24 Horas de Le Mans, se cumplirán 90 años desde que se iniciara la prueba en 1923, por más que estemos hablando de la carrera nº 81, habida cuenta de que varias ediciones fueron suspendidas a consecuencia de una huelga general en Francia (1936) y de la Segunda Guerra Mundial (no se corrió entre 1940 y 1948).
Una ocasión muy bien manejada desde el punto de vista promocional y a cuyo brillo contribuyen pilotos de todo el mundo y las marcas más prestigiosas, año tras año. Celebración, que se potencia notablemente, por todo lo que proponen los días previos.
Porque la sucesión de acontecimientos, cuando se acerca una nueva edición de las “24 Horas”, es imparable…
Todo se inicia una quincena antes con los tests previos, donde todos los invitados a correr (56 vehículos y sus tripulaciones) participan en dos tandas de cuatro horas cada una en el mismo día.
Estas pruebas permiten a los equipos y pilotos optimizar el rendimiento de los autos en relación el mismo escenario donde se disputarán las “24 Horas”, los más de 13,6 kilómetros del circuito de La Sarthe.
Luego, siguen exhibiciones programadas de vehículos clásicos, muchos de los cuales han participado en la carrera en años anteriores y, generalmente, acompañados por sus pilotos originales.
Ya más cerca del fin de semana de la carrera, llegan las revisiones técnicas de todos los vehículos que competirán que, como en el caso anterior, desfilan hacia el recinto de verificaciones por las calles de la misma villa de Le Mans, pasando frente a la panadería de Jacques, la peluquería de Marie o la farmacia de Pierre…
En el mientras tanto, se elige a la “reina de las 24 Horas”, la gran mayoría de los negocios que bordean el recorrido pueblerino de los autos venden recordatorios de la carrera, elementos de promoción, folletería, libros, todo alusivo a la gran carrera, los bares y restaurantes están abiertos hasta bien entrada la noche.
Paralelamente, se efectúa el pesaje de los autos que, como en todos los casos anteriores, es seguido con mucha atención por toda la ciudad, los invitados, los turistas, los curiosos, etc. Y casi sin solución de continuidad, vienen las sesiones programadas de firmas de autógrafos a cargo de los pilotos y responsables…
El ritmo continúa así hasta el martes previo a la gran carrera y después, como si todo el mundo respirara profundo y tomara impulso, todo se detiene por unas horas y, desde el miércoles, la fiesta se traslada al circuito, donde todo está armado para continuar con el mismo ritmo.
Aunque con el agregado de, las carpas, las casillas rodantes, los entretenimientos casi circenses, y siguen las ventas de recuerdos de todo tipo, los quioscos abiertos a cualquier hora, los bares y restaurantes internos, las promotoras despampanantes, se suman los camiones-taller de los equipos y proveedores, y el ritmo no decrece desde miércoles a sábado con tandas de entrenamientos, clasificación nocturna, ensayos de gomas y de consumo de combustible.
Y de pronto, a las 15 horas del sábado, una estruendosa bocina le hace saber a todos que la competencia más importante del mundo se está por poner en marcha…
Con la mayor exigencia conocida en materia de pruebas de resistencia contra reloj, con su leyenda a cuestas, con los pilotos más experimentados y con los autos de carrera con mayor tecnología del mundo, se lanza una nueva edición de las 24 Horas de Le Mans, una nueva aventura que el regocijo del público esperaba para cerrar una semana inolvidable…