“Un titán convertido en leyenda, pero por sobre todas las cosas, una buena persona…”, escribí cuando, después de acompañar a José Froilan Gonzalez en su cumpleaños nº90 en octubre pasado, hice una breve reseña sobre el suceso.
Y creo, desde la relación profesional-personal que tuve con “Pepe”, que hoy en el momento de su despedida, no le cambiaría ni un punto, ni una coma, a aquella sencilla y tierna descripción.
No obstante, el piloto, el hombre del automovilismo, trasciende cualquier perspectiva. Especialmente, por una trayectoria que dejó recuerdos convertidos en verdaderos mojones en la historia del automovilismo.

Como el de 1951, cuando se convirtió en el primer ganador de la historia con Ferrari en F1 en el GP de Inglaterra.
Victoria con sabor a cruzada ya que lo logró frente a los imbatibles Alfa Romeo 158 con Fangio a la cabeza…
O cuando en el 54, en el mismo Silverstone y también con Ferrari, derrotó a los dominadores de turno, los “Flecha de Plata” de Mercedes Benz con el propio Fangio como líder…
Año, este último, que lo vio coronado como subcampeón mundial de pilotos detrás del supremo Fangio y con “una perlita para su bolsillo”: se convirtió en el primer, y hasta ahora, único argentino en vencer en las 24 Horas de Le Mans, una carrera para elegidos, donde manejó durante 16 de las 24 horas en lo que fue la segunda victoria de Ferrari en esa legendaria prueba (su compañero fue el francés Maurice Trintignant).

A nivel local fue piloto de TC, de F1 Mecánica Nacional, Fuerza Libre, etc aunque más acá en el tiempo, y como siempre muy identificado con Chevrolet, se convirtió en un adelantado a su época cuando, en los 60, presentó en el TC el primer monocasco, citado “compacto”, la cupé Chevy II popularizada como “Chevitú”, todo un anticipo de los tiempos que venían…
En fin, en tren de hilar fino, serían muchas las cosas por decir del querido “Pepe”, pero no me gusta escribir demasiado sobre este tipo de despedidas, prefiero seguir recordando a José Froilan Gonzalez en lo que nos convoca, los autos y el automovilismo, y hacer saber a los que lean esto, que “Pepe”, fue uno de los dichosos elegidos en vivir intensamente su pasión sin dejar de ser “una buena persona…”.
R.D