Especiales NOSTALGIA

…QUE 25 A?S NO ES NADA.

28/05/2013. Convocados por el mismo espíritu, el Peugeot 208 T16 de Loeb y el 405 que Vatanen llevara a la gloria en Pikes Peak?88, se encontraron por primera vez en la periferia alpina, para fundir la distancia y entretejer sus propios sueños?


El 208 ?de la esperanza? y el 405 ?de la conquista?, 25 años los separan, el mismo objetivo los unió?

No fue ni la primera ni la última prueba, ni siquiera un shakedown, simplemente se trató de un armado promocional de fotos, videos e ir calentando el ambiente para lo que supone ser un relanzamiento de la silueta 208: el asalto a Pikes Peak.
Lo más parecido a “la montaña” que había a una distancia más o menos aceptable fue un pico no menos famoso: Mont Ventoux, en la periferia de los Alpes franceses.
Que, como su nombre lo indica, desde sus 1.900 y pico de metros, a los que se llega luego de una pendiente de 8%, desafía al temible Mistral y sus ráfagas de 300 km/h.
Paraíso de maratonistas y esforzados caminantes, así como de ciclistas que buscan en sus declives, fortaleza para sus piernas mientras sueñan con el Tour de France.
Estaban casi todos, el coronado Peugeot 405 T16, el desafiante 208 T16 y su piloto-estrella, Sebastien Loeb.
Solo faltó a la cita el mítico Ari Vatanen, aquel que paseó su gloria y la de la marca por toda Europa (10 rallies ganados y campeón mundial en 1981), Africa (venció en cuatro Dakar) y América (ganó Pikes Peak en 1988).
Entonces, Loeb puso en marcha el 208 “de la esperanza”, a su lado arrancó el 405 “de la conquista” y comenzaron a desandar, casi hasta alegremente juntos, la trepada blanca de piedra caliza que los convocó a seguir soñando…

Sebastien Loeb ante un nuevo desafío. ?Soñar no cuesta nada??

Últimas Noticias: