Opinión
DESPEDIDA II
NO, NO TE VAYAS CAMPEON… (no, quiero verte otra vez…)
04/05/2013. Y el gran Sebastien Loeb respondió como correspondía, con una clase magistral que no tenía otro destino más que la victoria. Ocho triunfos seguidos en Argentina, 78 rallies ganados pero, sobretodo, ante la máxima presión, su inactividad y sus incertidumbres, con categoría de campeón. Gracias Citroen, por permitirnos ser testigos...
Recién cuando la suerte del Rally de Argentina estuvo echada, Sebastien Loeb, se animó a decir lo que en los días previos solo era una expresión de deseo en su mente, “…para mi, lo más importante fue despedirme de esta manera aquí”.
Confesión que en parte explicaba la presión a la que lo sometió esta despedida de uno de los públicos que más celebró con sus victorias, que más lo aclamó y el único que, probablemente, interpreta casi como él mismo el espíritu del rally.
Debió transitar con esa carga desde que llegó a la Argentina.
Con las presentaciones de turno, donde no faltaron roads show, firma de autógrafos, conferencias de prensa y reuniones en las que siempre fue el centro de la atención.
Con el proyecto Pikes Peak de Peugeot dándole vueltas por la cabeza, mientras alterna participaciones con el McLaren MP4-12C en GT como el debut victorioso en Nogaró, con su equipo de LMP2 trabajando a pleno desde que se anunció que fue invitado a correr en las 24 Horas de Le Mans, con el incipiente desarrollo de Citroen para el WTCC dando sus primeros pasos…
A todo esto, Sebastien Loeb, le debió sumar algo impensado, cuando ya tenía resuelta su despedida del rally a fines de 2012 y, por pedido expreso del equipo, aceptó correr cuatro carreras más en 2013, casi contra su voluntad.
Con agravantes al respecto, como su ausencia en las dos presentaciones anteriores a Argentina (Portugal y México) y arriesgar todo su prestigio frente a un rival que se anticipaba muy fuerte como el equipo VW que, para colmo, tenía como ariete al único piloto que mostró estar a su altura cuando fue su compañero de equipo en Citroen, Sebastien Ogier.
Fue cauto cuando en la conferencia que organizó la marca en Carlos Paz hizo alusión a que no hubo un motivo principal que lo decidiera a dejar la actividad del rally, “…fue una decisión que alguna vez tenía que tomar y preferí hacerlo así, en forma progresiva”, protegiendo la presión que su propio equipo le había puesto para que continuara.
Y quizá con lo único que se contentó fue con la elección de las carreras a disputar en 2013, como única satisfacción personal en medio de este cuadro tan estresante, “…elegí Montecarlo porque es el rally más tradicional, Suecia porque era con mucha nieve y cuando pensé en uno de ripio y por la altura del año en que tocaba, tuve que definir entre Portugal, México ó Argentina, finalmente, elegí este último por la gente y porque tiene tramos muy lindos”.
Ya en la ruta de la carrera, debió lidiar en los primeros tramos con una puesta a punto para su DS3 que era la elegida por Hirvonen, su compañero de equipo.
Y es bien sabido que la puesta a punto de un auto es como la huella dactilar de cada piloto…Se adaptó, pero no pudo evitar incomodarse.
Al cabo de la primera etapa, puso las cosas en su lugar y, en eso estaba a 18 segundos de Ogier cuando pasó lo impensado, el “otro” Sebastien falló en una curva lenta, según dijo, porque no actuó el freno de mano y Loeb pasó a comandar la carrera que tanto lo había presionado con 26 segundos a su favor.
Ironizó cuando Ogier declaró que su objetivo, de ahí en más, no era el liderazgo de Loeb, sino el segundo lugar de Hirvonen ”…ja,ja,ja, eso es pura m…hasta hace un rato yo estaba 18 segundos atrás de él, ahora estoy 26 adelante, esto todavía puede volver a cambiar, falta mucho para terminar”.
Por eso, en lugar de relajarse, fue lo más rápido que pudo y al cabo de la segunda etapa, de los 26 segundos que le había “regalado” el freno de mano del Polo de Ogier, llevó la diferencia hasta 40 segundos…La suerte del Rally de Argentina estaba echada.
A su juego lo llamaron cuando enfrentó los legendarios Mina Clavero-Giulio Cesare y “el paisaje lunar”, tal como el propio Loeb define, de El Cóndor-Copina, reguló la diferencia casi como adivinando que Ogier ya se había conformado pensando en el campeonato con Hirvonen retrasado.
Dibujó una vez más con las Michelin de su DS3 los últimos tramos de su presencia en Argentina, casi como firmando una sentencia…
A pesar de la máxima presión, Sebastien Loeb había ganado una vez más: ocho victorias seguidas en Córdoba, 78 rallies ganados y sacando lustre a su noveno título mundial mostró que el campeón puede estar en retirada, pero también que, mientras tanto, sigue siendo el campeón…
R.D.