Opinión
FORMULA UNO
REACCIONES
24/03/2013. De cómo una categoría estandarizada tecnológicamente, que apela a recursos que afectan la esencia de este deporte (DRS, gomas lamentables, etc) y solo privilegia el espectáculo, rescató en el GP de Malasia las actitudes de los principales protagonistas como impensado condimento.
Analizar lo sucedido en el GP de Malasia en Sepang podría llevarnos a cometer no uno, sino varios errores.
Creo que siempre nos van a faltar datos para evaluar las razones de unos y otros, en relación a contratos firmados a principios de temporada, condiciones de los mismos, status de los pilotos y órdenes; panorama que se complica todavía más cuando pensamos en estrategias de carrera, rendimiento de los vehículos y, sobretodo, de los neumáticos.
Los dos casos salientes de Sepang nos invitaron a reflexionar sobre esto una vez más.
Lo concreto es que para ganar en Malasia, en el primero de los casos, Vettel, aventajó luego de ríspida maniobra a su propio compañero de equipo, Weber, que venía cuidando sus gomas para no deteriorarlas y asegurar el resultado del equipo.
Su propio box le hizo saber al tricampeón que había realizado una “maniobra tonta” y la cara de Weber en el podio fue mucho más allá…
¿Hizo bien en reclamar Weber?, ¿estuvo bien en superarlo Vettel?, ¿qué pretendían los responsables del equipo?...
En el segundo caso, Hamilton venía tercero a marcha algo lenta cuidando el consumo de combustible y hasta sus escapes llegó, con ritmo más rápido, su propio coequipier, Nico Rosberg quien, radio mediante, le pidió a su box la venia para superarlo, pero desde allí le recomendaron mantener posiciones, cosa que Rosberg respetó al pie de la letra a pesar de un par de reclamos más.
¿Hizo bien en respetar las órdenes Rosberg?, ¿debió de hacerse a un lado Hamilton para dejarlo pasar?, ¿por qué el equipo Mercedes privilegió a Hamilton en lugar de Rosberg, si solo se trataba de un cambio de posiciones?.
Para colmo, si Rosberg hubiese superado a Hamilton, con el ritmo que traía, podría hasta haber inquietado a Weber y, ¿por qué no?, tratar de ganar…
El podio fue fiel reflejo de lo sucedido.
Weber ni lo miró a Vettel y tampoco lo saludó, Hamilton reconoció que ese tercer escalón del podio le correspondía a Rosberg. Adrian Newey, el genio de Red Bull, le recriminó a Vettel su “tonta” actitud y el tricampeón alemán, le respondió con excusas de tono menor.
En definitiva, en una carrera sin demasiados matices, donde la oposición que significaban Alonso y su Ferrari desapareció tempranamente; donde el primer ganador del año, Kimi Raikkonen, no estuvo al mismo nivel que en Australia hace una semana atrás y donde los Mc Laren siguieron mostrando que todavía están “muy verdes”, lo mejor que podría pasar fue lo que pasó.
En el GP de Malasia, se generaron polémicas que le pusieron condimento a una categoría demasiado preocupada por el espectáculo y poco más.
Al menos, si bien esta no es la excelencia que siempre le pedimos a la máxima categoría mundial, en este caso, rescató las reacciones de sus protagonistas como para que, a futuro, la expectativa sea un ingrediente bienvenido en medio de tanta estandarización.
R.D.