¿…Y esto que es? fue la primera reflexión cuando vimos las fotos oficiales del nuevo Cherokee.
Un cambio tan radical en un vehículo tan tradicional, no era lo que se esperaba para esta nueva versión, que se mostró solo parcialmente, ya que como advertirán no hay fotos del sector trasero.
Es que era tan fuerte la imagen de la tradicional “parrilla Jeep”, con sus siete aberturas verticales, que haber modificado/cambiado esa especie de ícono que proponía el frontal de la marca, bastó para poner claramente en evidencia de que había “un totalmente nuevo Jeep en puerta…”.

Pero todo no empieza y termina con una parrilla muy modificada, sino que a las novedades se le suman, los también nuevos y muy rasgados faros principales con LED de circulación diurna y una replanteo absoluto de las luces de posición y las tomas dinámicas principales del sector.
A diferencia de los anteriores, este nuevo Cherokee mantendrá el nombre en todos los mercados y los fuertes cambios sugieren que también está armado sobre la nueva plataforma modular del grupo Fiat, que ya se emplea en el Dodge Dart y que podría servir de base para el futuro Alfa Romeo SUV.

Sin duda una arriesgada jugada que, a priori, se entiende a partir de la incorporación de Chrysler y sus marcas al grupo Fiat, con todo lo que eso podría haber implicado en cuanto a cambio de rumbo de algunas de las marcas recién llegas.
Por otra parte, el riesgo se acentúa si pensamos en la clientela tradicional de marca y producto, radicada principalmente en los EE.UU, que se encuentra, de la noche a la mañana, con un vehículo que presenta una imagen que está muy alejada de lo que ellos habían aceptado.