No sabemos si el Opel Adam podrá con todo lo que se pretende de él, aunque de una cosa estamos seguros, tiene argumentos como para intentarlo.
Que nació como una jugada estratégica de la marca para atender los requerimientos europeos en materia de vehículos del segmento A (un poco el boom de los últimos tiempos a pesar de la crisis) a la par de suplir las necesidades propias de “hacer caja” para cambiar la tendencia negativa de la empresa-madre, GM, y tratar de recuperar imagen de marca, factor no menor en un mercado europeo jaqueado, pero no por eso menos exigente.
Con ese ambicioso cometido a cuestas, el Adam desanduvo rápidamente sus primeros y alentadores pasos.

Se presentó en París el año pasado, comenzó a ser fabricado en serie a partir del 10 de enero de este año y apenas pocos días después, comenzaron a tomarse pedidos de ventas. Y en lo que va desde ese momento hasta el presente, ya se han recibido –según Opel- nada menos que 20.000 solicitudes de compra.
Todo un éxito, por el cual el pequeño Opel ya tiene ganado el primer round de esta dura pelea que le espera.

A la cual le aporta detalles singulares a partir de una silueta muy agradable de 3m70 de largo, que por ahora viene solo en carrocería de tres puertas y que responde de manera impecable a la condición Premium-utilitario-urbano requerida (Fiat 500, Audi A1, etc) con detalles superiores de terminación, combinación de colores, interior muy atractivo e innumerables alternativas de personalización que varios productos de estas características han encarado con éxito.
En principio, el Opel Adam vendrá equipado con motores nafteros 1.2/70 CV y 1.4/87 y 101 CV y cajas M5. Sin embargo, no se descarta que pronto comience a recibir unidades más potentes, en el caso de los nafteros, motores tdi y hasta versiones eléctricas.