Si algo había que criticarle al hermoso BMW Z4 eran, principalmente, su costo y su gama incompleta. Bueno, con la incorporación de un solo detalle, subsanó en gran medida ambos inconvenientes.
Pero si a eso le sumamos una renovación completa para actualizarlo y hermosearlo todavía más, bueno, la cuenta “ya la pagamos con gusto”…diría mi abuela Petra.

El detalle al que apuntábamos, es la introducción de un motor “de entrada” que hace que el acceso a la gama arranque desde más abajo en lo que refiere a precios y que se complete con una opción que le estaba faltando.
Está denominado sDrive 18i, aunque se trata de un 2.0 litros con 156 CV, al cual vienen acopladas cajas M6 u, opcionalmente, A8.
Esta incorporación significó, “en contante y sonante”, una reducción de unos 3.000 euros, que usted podrá ahorrarse de pagar para finalmente acceder a un Z4 cero kilómetro.

Con lo cual, además de la satisfacción por poseer su Z4 soñado, tomará contacto con un equipamiento de serie que no muchos vehículos le pueden brindar.
Llantas de aleación de 17 pulgadas, frenos con ABS, EBD, múltiples airbags, climatizador automático, control de estabilidad, puerto USB, radio CD MP3, faros bi-xenón, lavafaros, ordenador de a bordo y control cruise.
Lo único que queda al margen de este completo paquete es la dirección asistida Servotronic que no viene en la variante más básica del Z4.

Ahora, si sus posibilidades son mayores, las opciones de motores y equipamiento son muy superiores, a otro precio, claro, alcanzando lo máximo en el primero de los rubros en la versión sDrive 35is de 340 CV que cuesta en Alemania unos 57.600 euros.
Si pensamos que la opción de entrada de gama arranca en 33.950 euros, el abanico es lo suficientemente amplio como para hacer una elección de lo más precisa.