Lo habíamos anticipado ayer, con las cuatro categorías principales del Dakar más o menos definidas, o cerca, podían comenzar a aparecer otros nombres al tope del marcador de cada una de ellas.
Momento de consolidar posiciones para quienes tenían cierta ventaja y tiempo de definiciones para quienes podían acceder bien arriba, eran los condicionantes.
Con el agregado del espíritu de competición de los que, pudiendo, no pudieron por errores y problemas y que, sin presión, enteros y con mecánicas saludables se atrevieron.

Con especulaciones, ambiciones y estrategias merodeando, la propuesta era más liviana que la de ayer.
Especial de poco más de 350 kilómetros con suelo parecido al de la víspera: piso firme, mucha piedra suelta, con tierra en suspensión y el agregado de algunos vados. Entre Córdoba y La Rioja, más retorcido que el de ayer y por ende, más demandante para el físico, y a esta altura de la carrera, eso no era poco…
Y como anticipábamos ayer, lo del salto de Després a la punta fue casi un trámite, su mochilero y fiel guardaespaldas Faría se ensimismó en su ritmo y dejó hacer al gran campeón, que salió como si fuera la última vez…

Superada la mitad de la etapa, Després era ya el puntero en la general de Motos, luchando el parcial con quien, sin nada que perder, no se quiere ir del Dakar sin demostrar que, de no haber perdido tanto tiempo al principio, era candidato a ganarlo: Joan Barreda Bort y su veloz Husqvarna.
El español le corrió “a muerte” al cuatro veces ganador de Dakar, proponiéndose como el piloto con futuro más prometedor luego del tándem Després-Coma (tal como lo habíamos anticipado en la nota previa al Dakar).

Los segundos a favor de uno u otro iban y venían de control en control, hasta que al final, Després decidió no correr más riesgos como los que había corrido ayer, cuando dijo, “¡aquí estoy yo…!!!”, hubiese sido tentar demasiado a la suerte…
Sobre la parte final, Barreda consolidó una nueva victoria en Dakar lo que elevó su cosecha 2013 a cuatro etapas ganadas, más que ninguno, aunque sólo le alcance para un magro 27º lugar en la general.
Con el espectáculo a cargo de Barreda, la carrera se juega entre los “compadres” Després-Faría separados por poco más de un minuto y medio haciendo el 1-2.

López sigue tercero a casi 14 minutos y espera la llegada a Chile, Jakes está cuarto a 18 cerrando un marcador absoluto para KTM, la marca que sigue destacándose como la más apta para estos lances tremendos que propone el Dakar.
Luego, el primer no-KTM, el italiano Botturi, muy regular en su Husqvarna (a más de 24 minutos), Rodrigues y su Honda (a más de 34) y otras dos KTM, Svitko y Pedrero, casi como para asegurar que no sea otra marca la dueña de este Dakar.

Marco en el cual no desentona el local Pizzolito, haciendo las veces de mochilero de Rodrígues, y ubicado 11º a 53 minutos del líder.
Todavía pueden pasar muchas cosas en Motos, pero la tendencia se inclina muy fuerte hacia un viejo conocido de la prueba que, no por nada, ya la ganó cuatro veces.
En Cuatriciclos, nada que hiciera suponer un cambio radical en la propuesta de la carrera.

No obstante, un problema con los neumáticos, hizo que el atento Patronelli se distrajera lo suficiente como para que, una vez más, el polaco Lukasz Laskawiec se encaramara al comando y no lo abandonara hasta el final.
El séptimo lugar de Patronelli pareció demasiado poco para el gallardo dominador de la prueba, pero importaron más los minutos de diferencia que le sacaron: apenas seis, demasiado poco, demasiado tarde, como para preocupar a Patronelli.
Aunque coronando por segunda vez en este Dakar al veloz Laskawiec, que se atreve a desafiar, aunque solo sea en parciales, al dominador absoluto de la carrera.

Casale, segundo en la general, apenas le descontó cinco y está a 1h27m, y Sonik está a más de dos horas, lo dicho, nada que discutir que no sean las etapas y para eso parece estar candidateado Laskawiec…
Los Camiones parecieran correr un sprint en cada etapa.
Esta vez, en siete minutos llegaron los diez primeros. Con el líder, Nikolaev, asegurando su posición sin exageraciones, Loprais tratando de descontar, otro tanto intentando De Rooy después de la pésima jornada de ayer, pero con muchos rivales entre él y la punta, y luego nuevos nombres: Karginov, Van Den Bosch, Van Den Brink . Inclusive, por delante de Versluis y Mardeev.

Aunque sería el joven Karginov quien aprovecharía todos los amagues para definir con autoridad y doblegar, por algo más de tres minutos, a Van Den Bosch y estrenarse en el Dakar.
La pelea por la general muestra a Nikolaev consolidado, aunque no seguro, le lleva 32 minutos al Tatra de Kolomy, lo que no le garantiza nada.
Y luego, Mardeev (a 34m), Karginov (a 55m), De Rooy (a 1h02m) y Loprais (a 1h32m).

La balanza se inclina hacia los Kamaz, pero el Dakar tiene la última palabra.
Peterhansel, sin duda, salía a correr mucho más tranquilo hoy, sin la presencia amenazadora de Al Attiyah y con De Villiers a más de 50 minutos.
Pero sería del seno del equipo X-Raid de donde saldrían sus rivales.
Otra vez en un terreno favorable para los 4x4, era como “una cacería en el zoológico”, pero los cazadores se cazaron entre ellos.
Lucha a brazo partido entre Terranova y Roma durante casi toda la etapa, con Gordon y De Villiers buscando terciar.

Así se desandaron casi la totalidad de los kilómetros.
Peterhansel en ritmo, pero asegurando su marcha sin desprolijidades y cuidando su Mini, y Terranova y Roma batallando por el parcial.
Una dura pelea que el argentino inclinó a su favor por dos minutos y poco sobre Roma, segundos más sobre Míster Dakar, De Villiers a 5m26s, Gordon a 6m51s y luego el recuperado Alvarez a 8m43s.

Un trámite rápido que no cambió nada en la general, donde Peterhansel domina con solvencia, posibilitando que alguno de sus compañeros le extraiga a la mecánica BMW todas sus posibilidades.
Hoy fue el turno de Terranova quien, con ritmo y determinación, logró uno de los halagos que el Dakar tiene reservados para sus protagonistas.
Fueron varias ediciones con sabor amargo, hoy debió de haber sabido a miel…