Opinión TURISMO CARRETERA

SE LES FUE LA MANO…

03/12/2012. Un formato que atenta contra el espíritu de la categoría y un cambio de reglamento aplicado al filo de los play off, provocaron una anodina definición en el Mouras de La Plata, coronando la especulación en lugar de la excelencia.


La implementación de los play off, (cuya versión local fue bautizada por la ACTC como Copa de Oro) logró gran parte de su cometido, al propiciar que la definición del título de la categoría se orientara hacia las últimas pruebas del año.
La idea fue implementada para mantener el interés del público hasta último momento y asegurar así, recaudaciones y ratings.
La medida no tenía, en apariencia, ninguna “contraindicación”, sin embargo, bastó que el reglamento comenzara a ser manoseado, para mostrar una tendencia que poco hace por la parte deportiva de la categoría.
Este año, al sistema de lastres que la categoría mantiene con un reglamento totalmente abierto (¡¿?!) se le sumó, precisamente de acuerdo a esta característica, un retoque reglamentario cuando el torneo se aproximaba a su etapa definitoria.
Convencidos de que los Ford estaban en franca desventaja en relación a las otras marcas (¿quién podría asegurar esto con absoluta certeza?), especialmente Chevrolet, la ACTC decidió que, desde ese momento, los Ford podían pesar 30 kilos menos y se les permitían 100 cm3 más de cilindrada en sus motores (3.110 cm3 para Chevrolet y Cherokee –equipando a Dodge y Torino-, y 3.210 cm3 para Ford).

Beneficiados por una maniobra arbitraria, los Ford pasaron "de Cenicienta a Princesa".

Como se comenzó a vislumbrar desde la carrera posterior a su aplicación, la medida resultó a todas luces exagerada, a tal punto, que la entidad decidió dar marcha atrás y dispuso que los Ford podían reducir solamente en 15 kilos su peso mínimo, aunque podrían mantener los 100 cm3 plus otorgados oportunamente.
Al principio, pareció que este “remiendo” lograba su objetivo, equiparando el rendimiento de las marcas protagonistas, sin embargo, precisamente en la definición del campeonato 2012 en el Roberto Mouras de La Plata horas atrás, pudo advertirse la manifiesta superioridad de los Ford, a tal punto que hubiese sido una auténtica rareza que fuera protagonista otra marca.
Y tal como estaban planteadas las cosas, le tocó el turno a Mauro Giallombardo, talentoso piloto al cual le bastó ganar una sola carrera para coronarse en un escenario que conoce como la palma de su mano, pero que no le aporta absolutamente nada desde el punto de vista profesional, es más, estamos asistiendo a uno de los casos en que la categoría coronó a un titular que “no tiene todas las materias aprobadas” para considerarse un campeón.

Mauro Giallombargo, un campeón que mostró gran talento y poco más...

Sin quitarle méritos como excelente piloto, creemos que Giallombardo todavía está lejos de ser un verdadero campeón.
Y en este momento, a la luz de un nuevo desatino y la consagración de un nuevo monarca, y ya cerrado el quinto campeonato definido mediante el formato play off, es buena ocasión para hacer un rápido balance sobre las características que fue incorporando la categoría en ese lapso.
* Los pilotos especulan mucho más, a tal punto, que no siempre queda claro si el que ganó lo hizo por merecimientos propios o porque a un compañero no le convenía o no quería hacerlo.
* Se multiplicaron los ganadores de carreras, pero con esto desaparecieron las posibilidades de que el TC vuelva a tener ídolos propios “a fuerza de victorias” (como Di Palma padre, Traverso y hasta el mismo Ortelli).
* Con este triunfo-título logrado ayer, Giallombardo, es el segundo piloto que se corona a través de una victoria “obligatoria” en la última prueba del año.
* El reglamento está siempre bajo la lupa y, cada vez más, se lo utiliza como un factor de coerción o pura conveniencia, que como el parámetro reglamentario que debiera ser.
* Con el ingreso de la categoría al Automovilismo Para Todos, los dividendos que recauda el TC se incrementaron sensiblemente, pero, los pilotos ¿reciben parte de este incremento?.
* Se dejaron de correr campeonatos, para disputarse pruebas aisladas con escaso valor deportivo.
* Se emparejó “para abajo”. Cuando hay un piloto o una marca que se destacan, inmediatamente, se los limita o condiciona, actuando sobre el reglamento.
* La obsesión por un reglamento parejo es tan grande que cuando esto se logra, un poco “a ojímetro”, las carreras son más aburridas que nunca (¿a quien se le ocurre pensar que se van a pasar si andan todos iguales?).
* Cualquier ganador de una sola carrera “in extremis” puede ser el campeón de la categoría más tradicional y emblemática de nuestro país.
* El TC se convirtió en Automovilismo Sin Categoría.
* El espectáculo es lo único que cuenta.
R.D.

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