Alguien tenía que plantarse. De otra forma, los “M” de BMW, “S” de Audi y AMG de Mercedes-Benz se iban a convertir en los verdaderos “reyes de las autopistas”.
Y que conste que no estamos hablando de deportivos de pura cepa, donde hasta casi es una obligación tener un alto grado prestacional, sino de las berlinas familiares, convertidos en verdaderos bólidos de competición pero con todas las comodidades y posibilidades de estas.
Hoy por hoy cualquiera de estos ejemplares, como quedó citado en su mayoría de origen alemán, está limitado electrónicamente a 250 km/h mediante acuerdo conjunto, pero cuenta con aceleraciones de despegue, materiales de primera calidad, maderas nobles, cuero del mejor origen…lo que se dice verdaderos “misiles de lujo”, una propuesta tentadora, por más que necesita de una división especial dentro de la misma compañía, para lograr tan sofisticado cometido.

Con ese objetivo en mente, Jaguar, marca que por más que pertenezca a capitales indios, no ha perdido esa costumbre por hacer autos rápidos, recogió el guante con su berlina XFR y la convirtió, al igual que el Audi más pintado, en una versión “S”.
Trae un V8 sobrealimentado con 550 CV y 68,5 kgm de torque, caja de cambios A8 de procedencia ZF, diferencial electrónico trasero y prestaciones absolutamente deportivas: 4s6/10 para ir de 0 a 100 km/h y una máxima de 300 km/h.
Su carrocería presenta algunas alternativas aerodinámicas para favorecer su gestión en alta velocidad y optimizar la estabilidad, y fue pintada en este azul eléctrico simplemente para identificarla como un producto netamente prestacional.

En el marco del recién inaugurado Salón de Los Angeles, en el pabellón de Jaguar, se comentaba que el precio de venta del XFR-S en EE.UU orillaría los u$s 100.000, lo que no deja de ser tentador considerando que esta cifra es bastante menor que la que habrá que pagar por un BMW M5 o un Audi S6.
Buen intento de una marca tradicional por sacudirse la modorra frente a los hasta ahora intocables sedanes deportivos alemanes, y tenía que ser una marca como Jaguar la que se propusiera tamaño desafío.