Desde la cuna de Renault Sport, la legendaria planta de Dieppe, saldrán los nuevos Alpine Renault.
La idea por si sola entusiasma, porque en esta época de crisis europea, que una marca legendaria vuelva a la vida, debe ser celebrada, al menos, con entusiasmo.
Creemos que es momento para vivir con ansiedad como serán sus primeros pasos y que nos deparará una marca emparentada con la sangre azul de Renault, con su más pura estirpe deportiva y de alta performance como lo es Alpine.
Con los pies sobre la tierra, sin embargo, vale apuntar que la nueva sociedad funcionará bajo el nombre de Automobiles Alpine Renault, compañía de la cual Caterham controlará el 50% del paquete accionario.

En la planta de Dieppe no solo se producirán los nuevos modelos de Alpine, sino que, a partir de un mismo chasis y una línea de montaje común, surgirán los Caterham que en el futuro sucederán al legendario Lotus Seven que, fabricado hasta la actualidad por la firma inglesa, es el modelo-ícono de la compañía desde su creación (además, la misma regentea el equipo homónimo de F.1).
El francés Bernard Olivier será el CEO de la nueva empresa, que contará con un plantel de ingenieros compuesto por el 50% de procedencia Caterham y el otro 50% procedente de Renault Sport.
De acuerdo a la impronta de la nueva compañía los futuros Alpine y Caterham que surjan de Dieppe deberían ver la luz a principios de 2015, más allá de intenciones no confesas de los protagonistas.
Si pudo conocerse, en cambio, el aporte de Renault a la nueva compañía que, además del grupo humano y las instalaciones, se materializó en 50 millones de euros.

Todo hace suponer que el primer producto que saldrá de Alpine Renault será el ya conocido como concept A110-50, pero hay también expectativa por el Caterham que viene. Considerando antecedentes y ambiciones, y a la luz de este nuevo emprendimiento, se especula con que sería un biplaza deportivo de alto rendimiento, similar a aquel en concepción, aunque no en imagen.
Volviendo al A110-50, seguramente más cercano en el tiempo de aparición, será un vehículo de prestaciones deportivas de alto nivel, motorizado por unidades V6 o bien cuatro cilindros turbo. Un auto con marcado carácter deportivo como lo fueran todas las creaciones de Alpine salidas de la planta de Dieppe.
Vale apuntar que este auto sería el encargado de continuar la línea que, por ejemplo, marcaron el A110 original, A310, R5 Turbo, Sport Spider, etc.

Sin duda, es como para frotarse las manos, más allá que la sombra de la crisis siempre le ponga un interrogante a cualquier emprendimiento de estos tiempos que corren.
Por de pronto, y como para enfocar positivamente la empresa, si bien en Europa los mercados se derrumban, una curiosa tendencia marca que esto ocurre en los segmentos medianos-bajos y que, por el contrario, tiende a minimizarse e inclusive revirtiendo la ecuación en los sectores altos. Precisamente, donde atacarían los productos que saldrán de la incipiente asociación que ha devuelto una marca legendaria a la vida, Alpine Renault.