Como para ir palpitando lo que podría suceder en la próxima edición del Dakar, que tendrá uno de sus puntos culminantes en el ecuador de la prueba cuando la caravana llegue a Tucumán, la trigésima edición Rally de los Faraones dejó algunas cosas en claro. En principio, el predominio de Mini entre los autos, al punto de coronar a un piloto de nivel sensiblemente inferior al de los grandes protagonistas de la especialidad raid (o Cross Country Rally, su nombre oficial). Tal el caso de Khalifa Al-Mutaiwei de Emiratos Arabes, quien con un Mini del equipo oficial X-Raid, dominó la pruebas a pesar de los embates del legendario Zorro del Desierto, el francés Jean Louis Schlesser quien, finalmente, fue descalificado cuando punteaba por la brida restrictora de aire de su motor que estaba fuera de medida. Esto dejó a Al-Mutaiwei con la victoria y la Copa Mundial de la especialidad en sus manos.

En Motos, la victoria fue para el español Joan Barreda, quien logró su primer triunfo en una prueba de nivel mundial, lo mismo que su moto, la nueva Husqvarna TE 449RR. La marca, absorbida por el grupo BMW, presentó una fuerte alineación con el propio Barreda y el portugués Paulo Goncalves (quien finalizó cuarto) integrando el equipo Speedbrain y tuvo una fuerte oposición en Jakub Przygonsky y Jordi Viladoms (ambos con KTM) quienes se clasificaron segundo y tercero respectivamente.

Esto, amén de confirmar los nombres de los protagonistas como aspirantes para el próximo Dakar, proponen una nueva marca entre las potables vencedoras de la máxima prueba de la especialidad. A tres meses del lanzamiento del Dakar 2013 en Lima, Perú, comienzan a vislumbrarse las pautas técnico-humanas de lo que puede proponer la gran carrera.