Opinión
MUNDIAL DE RESISTENCIA
NO SOLO DE F.1 VIVE EL HOMBRE…
01/10/2012. Una nueva prueba de que la F.1 no debería ser el destino excluyente de cualquier piloto argentino de exportación la dio Luis Perez Companc, ganador en la clase LMP2 en las Seis Horas de Bahrein, ¡y con su propio equipo!!!
La pregunta, repetida hasta el cansancio por cuanto personaje que se entera de mi profesión se me pone enfrente, siempre es la misma, ¿cuándo vamos a tener un piloto en la F.1? A veces dudo que no sea hasta una contraseña para iniciar cualquier diálogo, pero pronto asumo que no retrata simplemente un formato de compromiso, sino la realidad de una sociedad exitista como pocas, acicateada por muchos colegas que insisten tomando esta ausencia como una deuda pendiente con nuestra rica historia (cosa de la que descreo). A la cuestión, generalmente respondo, ¿y por qué? Allí es donde aparecen las más variadas opiniones, pero ninguna emparentada con el verdadero espíritu de este maravilloso deporte que es el automovilismo.
Desde que dejó de importarme si un argentino corría o no en la F.1, comencé a pensar en cuantas alternativas realmente potables desperdiciaron varios pilotos compatriotas obsesionados exclusivamente con la F.1. Sin embargo, hubo un piloto que fue un adelantado a partir del cual comencé a ver las cosas en forma diferente: Oscar “Poppy” Larrauri. Campeón Europeo de F.3, ganador de unos 1.000 km Sport en Jarama (España) y con un segundo puesto en las 24 Horas de LeMans que, es cierto, tentó a la F.1 pero cuando el proyecto que lo involucraba se extinguió, no se volvió a la Argentina, siguió corriendo durante muchas temporadas más. Poppy se había convertido en “piloto de alquiler”, esto es una suerte de profesional de la conducción deportiva cuyos servicios eran muy buscados por dueños de equipo para conformar parejas con otros pilotos más amateurs.
Algo parecido a lo que hizo Luis Perez Companc cuando decidió armar un equipo para competir en Prototipos. Consciente de que su gestión no era absolutamente profesional, integró a su equipo a pilotos profesionales vigentes y de peso. Así fue como la Argentina tuvo un equipo de primera línea en la segunda división en importancia del hoy recuperado Campeonato Mundial de Resistencia (LMP2, esto es Le Mans Prototype clase 2). El Oreca 03-Nissan del Pecom Racing de Perez Companc tuvo destacada actuación en la mayoría de las competencias celebradas este año (3º en Le Mans, 2º en Interlagos, etc) y ahora llegó la victoria en las Seis Horas de Bahrein, competencia celebrada este fin de semana en el circuito del desierto y válida por el campeonato mundial aludido, acompañado por Pierre Kafer y Nicolas Minassian.
Creo que en un panorama bastante condicionado en relación a pilotos argentinos corriendo por el mundo, la gestión de Perez Companc y del equipo argentino Pecom Racing, debe ser rescatada como la impronta más importante de los últimos tiempos. Un emprendimiento privado que hasta podría orientarse hacia la presencia de más tripulantes argentinos en un auto de primera línea para competir en uno de los campeonatos más importantes del mundo. Es cierto, no será la F.1, pero no es poco… RD.