Opinión GRAN PREMIO DE BELGICA

PARA PALADARES NEGROS

03/09/2012. Uno de los escasos escenarios con verdadera esencia de F.1 coronó a tres de los seis campeones mundiales en actividad que tiene la categoría.


¡ Por fin un poco de verdadero nivel en la F.1!!!. Algo que estaba escaseando bastante en la máxima categoría, más preocupada por el espectáculo que por la verdadera esencia de la especialidad. Como certeramente dijo no sé quien, el otro día (a mi edad, puedo permitirme un licencioso olvido): “si el público quiere espectáculo, que vea automovilismo norteamericano, esto es otra cosa…”. Tal cual, en homenaje a nuestra cultura automovilística, debemos aplaudir lo sucedido en Spa-Francorchamps (Foto 1), el mejor circuito que tiene el calendario de la categoría (a pesar de haber sido reducido a la mitad, mantiene gran parte de la impronta del fantástico escenario original de 14,120 km).
Foto 1

Allí, tres campeones mundiales ocuparon el podio completo, con limitados aportes de toda la parafernalia implementada para incentivar “emociones”, viciadas de nulidad deportiva con sugestivos nombres como DRS (arma absoluta para ajusticiar a quien no puede defenderse), short stint, (tandas cortas de vueltas propiciadas por neumáticos deplorables), KERS (acumulador de potencia, luego liberada como un pistoletazo, para sumarse a la gestión del DRS), etc, etc. No quiero entrar a juzgar actitudes ni actuaciones, simplemente celebrar que la F.1 se haya dado un baño de prestigio: el mejor circuito, Jenson Button, Sebastián Vettel y Kimi Raikkonen en el podio (Foto 2), marcas entre legendarias y exitosas (McLaren, Red Bull y Lotus, por mas que esta no responda a sus orígenes), parcial estupendo de una de las mejores promesas de los últimos tiempos, Nico Hulkenberg, y una carrera que sin grandes aspavientos, aunque con la sombra del drama que propuso el gran accidente de la primera vuelta, respondió al enunciado histórico de la F.1.
Foto 2

Hasta con una maniobre fuera de libreto, cuando Raikkonen superó –sin DRS- a Schumacher arribando a la terrorífica Eau Rouge, aunque habría que puntualizar que el múltiple campeón alemán venía de una bloqueada en el retome previo (La Source) y había encarado el sector a menor velocidad. Es cierto, la F.1 de 2012 ha mostrado una temporada increíblemente competitiva, con siete ganadores diferentes en las siete primeras carreras y más sobrepasos que nunca, pero quienes pretenden ver en la máxima categoría mundial la verdadera esencia de la parte deportiva que todavía tiene la especialidad, nunca tuvieron en cuenta esto. Prefieren riesgo y atrevimiento sin maquillaje, calidad genuina, y menos argumentos para adulterar el espectáculo de las carreras de autos. Ojalá que en pocos días más otro escenario legendario, Monza, pueda renovar la propuesta…

R.D.

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